Post by Deleted on Jun 13, 2020 6:42:43 GMT
¿Nombre y apellido?
-Imreh..eh...Pendergast
¿Edad?
-Uhm...creo que tengo 18 inviernos.(18 años mentales/físicos)
¿Altura?
-Tan alto como un acebo joven, creo (1,64)
¿Raza?
-No te importa.(Mestizo de Dragón Fae)
¿Naturaleza?
-No lo sé. Me siento cómodo en terrenos altos (Dracónida)
¿Procedencia?
Bosque de Wistman, Devonshire, según dice el mapa.
Historia: Era risa en los bosques nublados. Sus pies descalzos nunca resbalaron por las rocas musgosas. Las serpientes, exiliadas por la mano de San Patricio, eran brazalates coloridos en sus brazos; sus lenguas bífidas rozaban sus mejillas. No había árbol que no conociera, y sus pasos podían llevarlo a tientas hacia lo profundo de la colina, al cobijo del túmulo que era su madriguera. La marta, el tejón y el conejo le cedían su pelo para que no pasara frío. Y el roble más anciano, una Ent que había visto ese bosque alzarse y envejecer, aguardaba cada atardecer para que el niño llegara, con la cara manchada y los ojos llenos de estrellas, a mostrarle ranas, rocas y salamandras.
-Abuela, esta salamandra es nueva.
-Nada es nuevo realmente...-decía con voz profunda y pausada en su rostro de ébano-Las salamandras son antiguas...pero tu asombro les da nueva vida.
Tendía a hablar en formas rebuscadas que no siempre explicaba, como muchos ancianos.
El niño se cansaba de hacer preguntas y la abuela solo se concentraba en dar respuestas que obligaran a pensar al niño.
-¿Duermen las salamandras?
-¿Importa si duermen?¿no es mas prioritario saber si sueñan?
-¿A donde van las ranas en invierno?
-Hacen lo que yo y aguardan. No siempre queda otra cosa más que hacer que aguardar a que todo mejore.
-¿Por que la serpiente pierde su piel?
-¿Por que tu no la pierdes? La serpiente se desprende de aquello que ya le resulta pesado y viejo.
Y como todo adulto, la abuela metía la pata.
-¿Por eso mis padres no están aquí conmigo?
-Eso es distinto.
Pero Imreh era demasiado joven para saber muchas cosas. Y la "abuela" Chloé esperaba no contarle jamás, porque algunas cosas, aunque pasadas, traen consigo penas mayores que son difíciles de volver a guardar.
El niño se convirtió en hombre. Mas no en humano. El ecosistema mágico de aquel lugar reconocía la sangre que corría por sus venas, que nunca se había manifestado a pesar de haber madurado como la fruta próxima a caer. Y los seres que eran sus vecinos también lo reconocían así. Seres arcanos de variadas naturalezas. Dullahans que no lo atormentaron, ni banshees que le susurraron secretos, ni hadas que lo engañaron para hacerlo perderse o faunos que lo engatusaran con su música. Corría con los sabuesos infernales y cantaba con los elfos. Tomaba siestas con los unicornios y se bañaba en los pozos de las nereidas.
Y quizás habría vivido así por siempre, en agradable compañía de los Gentiles Vecinos. Más algo en el se estremecía cada día. Cada día aguardaba. En silencio y en intranquilidad a aquellos dos que esperaba.
Cuando tomó valor para enfrentar a su guardiana, ésta enmudeció.
-Imreh. El saber no siempre saciará la sed que tienes.
-Quiero saber, abuela-dijo con la impotencia y el ruego que solo alguien quien sabe que su vida está incompleta puede entonar. Una súplica gentil-Por favor.
La abuela, mostrando una de sus ramas cubiertas de musgo, le mostró un símbolo.
-Lo que se jura por madera, roca y viento, dura más que el tiempo. Pues el bosque mismo es testigo-recitó solemnemente-y el bosque jamás olvida.
Imreh llevó su mano instintivamente hacia su hombro, donde una marca, una cicatriz, giraba y danzaba.
-No puedes decírmelo...-entendió finalmente.
-No te veas tan abatido...tus padres hicieron lo mejor para ti. Pero sabían que te preguntarías, porque ninguno de los dos jamás se habría quedado con preguntas en sus lenguas en tanto hubiese aire en sus pechos.
-¿Que quieres decir?¿puedo encontrarlos?
-Algo así, mi plantín.
De debajo de una piedra, muy voluminosa, levantó una tapa, y sacó de dentro de ésta un pequeño rectángulo. Imreh jamás había visto un libro en su vida
-Este es el grimorio de tu madre. Ella, como muchos de su especie, podía ver más allá de lo normal y percibir cosas que otros no.
-¿Espíritus?
-Algunos...seres más allá del velo que separa nuestros mundos. Entraba en trances poderosos y recibía sabiduría ominiosa y perturbadora. Sospecho que algunas de las vivencias en este diario la impulsaron a dejarte a mi cuidado. Dioses saben que podrías encontrar aquí-y con un hondo suspiro, le entregó el cuaderno forrado en cuero-Estos son sus relatos.
Imreh completamente confundido acercó la oreja al cuaderno.
-No me está hablando...
Chloé soltó una carcajada, ante la confusión visible del muchacho. Había olvidado que jamás había necesitado leer.
Se preparó para marcharse durante un día entero. Y con el amparo de una noche de luna llena, se preparó para partir. Chloé, solemne como siempre no derramó lágrima alguna. Observó a quien ahora notaba como un hijo.
-Volveré, abuela. Quizás vuelva con mis padres. O al menos siendo digno de la paz que ellos sacrificaron, para dármela a mi.
-Así es el credo de los arcanos, Imreh.
El muchacho parpadeó, recordando el credo que repetía antes de dormir siendo pequeño, y en algunas saturnalias a viva voz con los demás arcanos antes de comenzar las festividades paganas.
-Bajo el cielo eterno que dio a luz a los astros. Sobre el suelo cambiante que guia nuestros pasos-recitó el moreno y algunos otros arcanos comenzaron a acercarse, a verlo marchar y recitaron también en voz baja.
-Quien nace arcano, en otro igual siempre encuentra un hermano. Con la Caza Salvaje viajamos y donde el elfo hace su morada paramos.-continuó Chloé.
-Las disputas duran poco, aunque largos sean nuestros años. Quien respeta nuestros reinos, respeta nuestra esencia. Y que quien nos mancilla con violencia...se atenga a la tormenta.
-Los niños ante todo pues sin ellos muere el legado. Que sean ellos, no nosotros, quien sufran el sangrado.
-¡Vientos de la montaña! ¡Cimientos de la tierra! ¡El pueblo arcano vive!
Y una fuerza violenta y primitiva cargó al mestizo. Como si todo el bosque lo estuviera preparando para la jornada.
-Imreh-dije con seriedad ahora-El mundo de los hombres es distinto a éste. Ya no hay espacio para ninguno de nosotros en él. No hay lugar para los dioses de nuestra gente. No hay tiempo para los antiguos rituales. Solo hay engranajes y humo. Miedo y luz.
-Abuela. Debo verlo por mismo.Quiero saber por que me dejaron aquí. Y que había allá afuera por lo que se marcharon. Quiero saber si viven. Y tal vez...
En su corazón aun latían ansias infantiles.
-Y tal vez poder vivir juntos aquí.
Chloé calló. No podía romper tales ilusiones.
-Entonces ve,hijo del bosque. Pero después de lo que veas tal vez tampoco encuentres la paz que añoras. No vivas para arrepentirte.
Imreh comenzó a caminar por el camino que lo dejó fuera del bosque. El diario segun le había dicho su abuela, hablaba en un punto de "El Corazón del Reino del Hombre, donde el Unicornio y el León hacen sangrar hombres,bestias y arcanos". Según la abuela, que sabía mucho y de muchos lugares a través de animales y viajeros arcanos, ese lugar debía ser Londres. Y hacía allí marchó.
Personalidad: Vivaz, Tosco, Suspicaz, Ingenioso, Impaciente, Celoso, Protector, Revoltoso
Imreh es sumamente "incivilizado" para los estánderes modernos. La tecnología moderna le causa una curiosidad y temor cauteloso a partes iguales. Por lo que siempre está alerta al moverse por la ciudad. Solo en el bosque está en verdadera paz y se siente como en casa. Aunque pueda parecer agresivo o irrespetuoso, preguntando o a violando el espacio personal, realmente es alguien muy sensible e idealista, incluso inocente para la visión citadina, pero lleno de una determinación y fuerza que lo hacen un amigo leal, sincero y protector, capaz de ir hasta las últimas consecuencias por quien considere su familia.
Gustos/Hobbies/Intereses:
-Le encanta contar historias. En su bosque nativo solía ser uno de sus pasatiempos.
-Adora la vista que hay desde los techos, lugar en el que le fascina estar, observando los chimeneas. Es un excelente trepador.
-Disfruta el cocinar y lo hace bastante bien, con poco.
-No sabe leer y realmente le urge aprender. Se lo ha visto rondando niños de edad escolar y profesores a partes iguales.
-La música lo calma. Suele quedarse escuchando los ruidos lejanos de la ópera o los bailes de los gitanos.
-Es grácil y velozen sus movimientos, trata de pasar desapercibido y probablemente se sobresalte si alguien lo nota.
-Le gustan los insectos, mucho, y practicamente cualquier animalito que quepa en la mano de uno.
Datos extras:
-Es pagano, adora un amplio panteón de espíritus salvajes, que su abuela Ent le enseñó a respetar. En los bosques se siente a salvo ya que siente que está protegido por su presencia. Suele dejar pequeñas ofrendas cada luna llena y bailar y cantar para calmarlos (dato meramente interpretativo, ya que siendo en parte dragón fae tiene una conexión innata con la naturaleza)
-El sello en forma de Triskel que tiene un brazo no solo es una marca, sino que lo mantiene sellado en su forma humana y evita que se transforme. Fue hecho por sus padres para que pudiera vivir una vida normal si algo sucedía. A su vez y como efecto secundario, reprime sus poderes (eventualmente podrá hacer uso de ellos, a medida que avance su desarrollo)
-Tiende a llamar las cosas de formas ominiosas o ignorantes. Por ejemplo, los trenes son "Serpientes Humeantes que comen rocas", las casas son "grutas" o "guaridas" etc
-Sería considerado entre la clase baja. Ya que no posee una residencia y tiene un refugio montado en el bosque, desde donde viaja hacia la ciudad. Toma lo que necesita de la basura.
- Sabe valerse bien por su cuenta y defenderse también. Fuera de la ciudad es muy autosuficiente, siendo capaz de cazar, cocinar, guiarse, forrajear, remendar y crear ropa de pieles y montar refugios. Todo un explorador.
-Su apellido, Pendergast, es lo único que tiene de información de su familia. Al haber crecido sin ellos, y gracias al juramento que hicieron con los habitantes del bosque, Imreh no sabe tampoco que especie es él mismo.
HABILIDADES:
Camuflaje
Florakinesis
Curación
REFERENCIA VISUAL: -en construcción-
-Imreh..eh...Pendergast
¿Edad?
-Uhm...creo que tengo 18 inviernos.(18 años mentales/físicos)
¿Altura?
-Tan alto como un acebo joven, creo (1,64)
¿Raza?
-No te importa.(Mestizo de Dragón Fae)
¿Naturaleza?
-No lo sé. Me siento cómodo en terrenos altos (Dracónida)
¿Procedencia?
Bosque de Wistman, Devonshire, según dice el mapa.
Historia: Era risa en los bosques nublados. Sus pies descalzos nunca resbalaron por las rocas musgosas. Las serpientes, exiliadas por la mano de San Patricio, eran brazalates coloridos en sus brazos; sus lenguas bífidas rozaban sus mejillas. No había árbol que no conociera, y sus pasos podían llevarlo a tientas hacia lo profundo de la colina, al cobijo del túmulo que era su madriguera. La marta, el tejón y el conejo le cedían su pelo para que no pasara frío. Y el roble más anciano, una Ent que había visto ese bosque alzarse y envejecer, aguardaba cada atardecer para que el niño llegara, con la cara manchada y los ojos llenos de estrellas, a mostrarle ranas, rocas y salamandras.
-Abuela, esta salamandra es nueva.
-Nada es nuevo realmente...-decía con voz profunda y pausada en su rostro de ébano-Las salamandras son antiguas...pero tu asombro les da nueva vida.
Tendía a hablar en formas rebuscadas que no siempre explicaba, como muchos ancianos.
El niño se cansaba de hacer preguntas y la abuela solo se concentraba en dar respuestas que obligaran a pensar al niño.
-¿Duermen las salamandras?
-¿Importa si duermen?¿no es mas prioritario saber si sueñan?
-¿A donde van las ranas en invierno?
-Hacen lo que yo y aguardan. No siempre queda otra cosa más que hacer que aguardar a que todo mejore.
-¿Por que la serpiente pierde su piel?
-¿Por que tu no la pierdes? La serpiente se desprende de aquello que ya le resulta pesado y viejo.
Y como todo adulto, la abuela metía la pata.
-¿Por eso mis padres no están aquí conmigo?
-Eso es distinto.
Pero Imreh era demasiado joven para saber muchas cosas. Y la "abuela" Chloé esperaba no contarle jamás, porque algunas cosas, aunque pasadas, traen consigo penas mayores que son difíciles de volver a guardar.
El niño se convirtió en hombre. Mas no en humano. El ecosistema mágico de aquel lugar reconocía la sangre que corría por sus venas, que nunca se había manifestado a pesar de haber madurado como la fruta próxima a caer. Y los seres que eran sus vecinos también lo reconocían así. Seres arcanos de variadas naturalezas. Dullahans que no lo atormentaron, ni banshees que le susurraron secretos, ni hadas que lo engañaron para hacerlo perderse o faunos que lo engatusaran con su música. Corría con los sabuesos infernales y cantaba con los elfos. Tomaba siestas con los unicornios y se bañaba en los pozos de las nereidas.
Y quizás habría vivido así por siempre, en agradable compañía de los Gentiles Vecinos. Más algo en el se estremecía cada día. Cada día aguardaba. En silencio y en intranquilidad a aquellos dos que esperaba.
Cuando tomó valor para enfrentar a su guardiana, ésta enmudeció.
-Imreh. El saber no siempre saciará la sed que tienes.
-Quiero saber, abuela-dijo con la impotencia y el ruego que solo alguien quien sabe que su vida está incompleta puede entonar. Una súplica gentil-Por favor.
La abuela, mostrando una de sus ramas cubiertas de musgo, le mostró un símbolo.
-Lo que se jura por madera, roca y viento, dura más que el tiempo. Pues el bosque mismo es testigo-recitó solemnemente-y el bosque jamás olvida.
Imreh llevó su mano instintivamente hacia su hombro, donde una marca, una cicatriz, giraba y danzaba.
-No puedes decírmelo...-entendió finalmente.
-No te veas tan abatido...tus padres hicieron lo mejor para ti. Pero sabían que te preguntarías, porque ninguno de los dos jamás se habría quedado con preguntas en sus lenguas en tanto hubiese aire en sus pechos.
-¿Que quieres decir?¿puedo encontrarlos?
-Algo así, mi plantín.
De debajo de una piedra, muy voluminosa, levantó una tapa, y sacó de dentro de ésta un pequeño rectángulo. Imreh jamás había visto un libro en su vida
-Este es el grimorio de tu madre. Ella, como muchos de su especie, podía ver más allá de lo normal y percibir cosas que otros no.
-¿Espíritus?
-Algunos...seres más allá del velo que separa nuestros mundos. Entraba en trances poderosos y recibía sabiduría ominiosa y perturbadora. Sospecho que algunas de las vivencias en este diario la impulsaron a dejarte a mi cuidado. Dioses saben que podrías encontrar aquí-y con un hondo suspiro, le entregó el cuaderno forrado en cuero-Estos son sus relatos.
Imreh completamente confundido acercó la oreja al cuaderno.
-No me está hablando...
Chloé soltó una carcajada, ante la confusión visible del muchacho. Había olvidado que jamás había necesitado leer.
Se preparó para marcharse durante un día entero. Y con el amparo de una noche de luna llena, se preparó para partir. Chloé, solemne como siempre no derramó lágrima alguna. Observó a quien ahora notaba como un hijo.
-Volveré, abuela. Quizás vuelva con mis padres. O al menos siendo digno de la paz que ellos sacrificaron, para dármela a mi.
-Así es el credo de los arcanos, Imreh.
El muchacho parpadeó, recordando el credo que repetía antes de dormir siendo pequeño, y en algunas saturnalias a viva voz con los demás arcanos antes de comenzar las festividades paganas.
-Bajo el cielo eterno que dio a luz a los astros. Sobre el suelo cambiante que guia nuestros pasos-recitó el moreno y algunos otros arcanos comenzaron a acercarse, a verlo marchar y recitaron también en voz baja.
-Quien nace arcano, en otro igual siempre encuentra un hermano. Con la Caza Salvaje viajamos y donde el elfo hace su morada paramos.-continuó Chloé.
-Las disputas duran poco, aunque largos sean nuestros años. Quien respeta nuestros reinos, respeta nuestra esencia. Y que quien nos mancilla con violencia...se atenga a la tormenta.
-Los niños ante todo pues sin ellos muere el legado. Que sean ellos, no nosotros, quien sufran el sangrado.
-¡Vientos de la montaña! ¡Cimientos de la tierra! ¡El pueblo arcano vive!
Y una fuerza violenta y primitiva cargó al mestizo. Como si todo el bosque lo estuviera preparando para la jornada.
-Imreh-dije con seriedad ahora-El mundo de los hombres es distinto a éste. Ya no hay espacio para ninguno de nosotros en él. No hay lugar para los dioses de nuestra gente. No hay tiempo para los antiguos rituales. Solo hay engranajes y humo. Miedo y luz.
-Abuela. Debo verlo por mismo.Quiero saber por que me dejaron aquí. Y que había allá afuera por lo que se marcharon. Quiero saber si viven. Y tal vez...
En su corazón aun latían ansias infantiles.
-Y tal vez poder vivir juntos aquí.
Chloé calló. No podía romper tales ilusiones.
-Entonces ve,hijo del bosque. Pero después de lo que veas tal vez tampoco encuentres la paz que añoras. No vivas para arrepentirte.
Imreh comenzó a caminar por el camino que lo dejó fuera del bosque. El diario segun le había dicho su abuela, hablaba en un punto de "El Corazón del Reino del Hombre, donde el Unicornio y el León hacen sangrar hombres,bestias y arcanos". Según la abuela, que sabía mucho y de muchos lugares a través de animales y viajeros arcanos, ese lugar debía ser Londres. Y hacía allí marchó.
Personalidad: Vivaz, Tosco, Suspicaz, Ingenioso, Impaciente, Celoso, Protector, Revoltoso
Imreh es sumamente "incivilizado" para los estánderes modernos. La tecnología moderna le causa una curiosidad y temor cauteloso a partes iguales. Por lo que siempre está alerta al moverse por la ciudad. Solo en el bosque está en verdadera paz y se siente como en casa. Aunque pueda parecer agresivo o irrespetuoso, preguntando o a violando el espacio personal, realmente es alguien muy sensible e idealista, incluso inocente para la visión citadina, pero lleno de una determinación y fuerza que lo hacen un amigo leal, sincero y protector, capaz de ir hasta las últimas consecuencias por quien considere su familia.
Gustos/Hobbies/Intereses:
-Le encanta contar historias. En su bosque nativo solía ser uno de sus pasatiempos.
-Adora la vista que hay desde los techos, lugar en el que le fascina estar, observando los chimeneas. Es un excelente trepador.
-Disfruta el cocinar y lo hace bastante bien, con poco.
-No sabe leer y realmente le urge aprender. Se lo ha visto rondando niños de edad escolar y profesores a partes iguales.
-La música lo calma. Suele quedarse escuchando los ruidos lejanos de la ópera o los bailes de los gitanos.
-Es grácil y velozen sus movimientos, trata de pasar desapercibido y probablemente se sobresalte si alguien lo nota.
-Le gustan los insectos, mucho, y practicamente cualquier animalito que quepa en la mano de uno.
Datos extras:
-Es pagano, adora un amplio panteón de espíritus salvajes, que su abuela Ent le enseñó a respetar. En los bosques se siente a salvo ya que siente que está protegido por su presencia. Suele dejar pequeñas ofrendas cada luna llena y bailar y cantar para calmarlos (dato meramente interpretativo, ya que siendo en parte dragón fae tiene una conexión innata con la naturaleza)
-El sello en forma de Triskel que tiene un brazo no solo es una marca, sino que lo mantiene sellado en su forma humana y evita que se transforme. Fue hecho por sus padres para que pudiera vivir una vida normal si algo sucedía. A su vez y como efecto secundario, reprime sus poderes (eventualmente podrá hacer uso de ellos, a medida que avance su desarrollo)
-Tiende a llamar las cosas de formas ominiosas o ignorantes. Por ejemplo, los trenes son "Serpientes Humeantes que comen rocas", las casas son "grutas" o "guaridas" etc
-Sería considerado entre la clase baja. Ya que no posee una residencia y tiene un refugio montado en el bosque, desde donde viaja hacia la ciudad. Toma lo que necesita de la basura.
- Sabe valerse bien por su cuenta y defenderse también. Fuera de la ciudad es muy autosuficiente, siendo capaz de cazar, cocinar, guiarse, forrajear, remendar y crear ropa de pieles y montar refugios. Todo un explorador.
-Su apellido, Pendergast, es lo único que tiene de información de su familia. Al haber crecido sin ellos, y gracias al juramento que hicieron con los habitantes del bosque, Imreh no sabe tampoco que especie es él mismo.
HABILIDADES:
Camuflaje
Florakinesis
Curación
REFERENCIA VISUAL: -en construcción-