Valter Vermeer

Nombre: Valter Vermeer. 

Edad física/mental: 18/18 años.  

Altura: 1’70 mts.  

Raza: Humano (Exorcista).  

Naturaleza: Humana.  

Procedencia: Gran Bretaña.  

Su vida puede resumirse en pocas palabras como extraña. Su madre lo tuvo a una edad muy joven y al ser repudiada por su familia, no tuvo otra opción que mantenerse al lado de quién más tarde se volvería su esposo. Éste sujeto resultó ser alguien que practicaba nigromancia y que cuando Valter tuvo edad suficiente para aprender, trató de enseñarle para que continuara su legado; para guardarle un lugar en los negocios y contactos que tenía.  

No está seguro si fue sólo la emoción del momento o si sus padres realmente se amaron, pero éste seguramente se fue enfriando a pasos acelerados por lo que cada uno deseaba para él. Valter desde niño mostró ser alguien sumamente inteligente, con habilidad para la lectura y el raciocinio; su padre quería sacarle provecho a esa capacidad intelectual, pero su madre sólo quería que tuviera una vida feliz. Junto a ellos no vivió la típica infancia victoriana de una familia de clase media; no tuvo cuidadoras y su mamá siempre estuvo cerca de él.  

Esta extraña dualidad se quedaría presente para siempre. Era como si su padre siempre quisiera arrastrarlo hacia la oscuridad, su destino… pero su madre siempre estaba ahí para decirle que podía elegir seguir a la luz. Y eso fue lo que Valter hizo.  

Ambos escaparon de aquella casa y a partir de ahí la vida fue complicada, pero tan libre como jamás la había sido. Una vez lograron estabilizarse gracias a las amistades de su madre, Valter se aproximó más a Dios; no quería ser como su padre, no quería dejarse corromper más por la oscuridad que le acechó desde que era un niño y en sus primeros años de adolescencia. Así fue como empezó sus estudios que culminaron en volverlo exorcista; la educación de los novicios era dura y estricta, pero no era nada que no pudiera soportar… o que no hubiera experimentado antes con su progenitor. Y ya sea por simple jugueteo del destino o que vieron la dedicación que él emprendía a su profesión, acabó por entrar a los Ranthprim. 

Valter es una persona cuya enorme inteligencia le hace ser alguien egocéntrico, con un complejo de superioridad incuestionable… aunque no suele demostrarlo. Apenas alguno que otro comentario pasivo-agresivo llega a revelar un poco de lo que en verdad piensa sobre los demás, sobre las situaciones a las que se enfrenta; una serie de complejos le hace ser alguien callado, cabizbajo y en muchas ocasiones temeroso. Critica y juzga sin piedad dentro de su cabeza, pero no tiene las agallas para decir las cosas en voz alta; suele aceptar los regaños agachando la cabeza.

Tiene su autoestima por los suelos gracias a varios conflictos internos. Se siente en una constante lucha contra el bien y el mal; como si estuviera destinado a la maldad, pero siempre estuviera nadando contra corriente para alejarse de ello. Su madre le ha remarcado que él es el único que puede elegir quién es como persona, pero a veces todo se siente demasiado difícil…  

Intenta ser una buena persona, en serio lo intenta.  

- Le gusta leer libros de aventuras dónde el héroe sale victorioso y recompensado por ser bueno.   

- Gusta hacer de una especie de diario ilustrado; éstas suelen verse un poco… perturbadoras.  

- Tiene cierta fijación por las personas que se ven delicadas.  

- Le gusta que le digan que es una buena persona. (LMAO)  

- Su mayor meta en la vida es NO ser como su padre y ser buena persona como su madre.  

- Se le dificulta mucho mirarse al espejo, verse le hace sentir “extraño”.  

- Es bueno enseñando. Posiblemente sería un excelente profesor.  

- Es un llorón, dicen que lo heredó de su madre.  

- No es bueno con las interacciones sociales. Algunos lo describen como “una presencia incómoda”.  

- Suele enojarse cuando alguien le parece demasiado estúpido e ignorante, pero se recuerda que lo que define el valor de una persona no es su inteligencia, sino su buen corazón.  

- De vez en cuando, cada que puede, visita a su mamá para asegurarse de que esté bien.