Post by Alexander Rimbauer on Jun 2, 2020 21:06:33 GMT
Las letras en caracteres dorados estaban plasmadas con exquisito gusto sobre el fino pergamino decorado con un elegante sobre rojo y el ostentoso emblema familiar. Los grises ojos de Alexander releyeron las líneas dos veces y enarcó una ceja antes de hablar.
-No suena a algo que yo hubiese escrito - bufó el torciendo los labios - Odiseus, en verdad me haces sonar como si estuviese ansioso de conocer a toda esta gente.
-Mi Lord, usted más que nadie sabe como son las formas en esta clase de eventos - respondió el mayordomo colocando los sobres con las invitaciones con cuidado y alargando un tintero con una pluma de cresta roja - Además es una tradición familiar que el nuevo heredero organice una velada cuando toma posesión de la mansión y antes de que comience a protestar, le puedo asegurar que el banquete hará que valga la pena.
-Una buena cena a cambio de soportar los incisivos cuestionamientos de nuestros “ilustres” invitados que seguramente quieren saciar el morbo que les despierta la enigmática Rose Red y el sobrino pródigo de John Rimbauer - expresó el joven resignado - No parece un intercambio justo si me lo preguntas.
-Agradezca que su llegada ha sido en verano, de haber caído en otoño se habría esperado de usted que organizara un baile de máscaras.
-Oh pero si no se necesita una fecha específica para eso¿Que más máscara necesita esta gente que la que usan al diario para vivir en su perfecta y cómoda realidad? Te aseguro mi querido amigo, no hay mejor disfraz para nosotros los privilegiados que nuestras sonrisas corteses y buenos modales para ocultar nuestros verdaderos deseos - sonrío el joven plasmando su firma en la elegante invitación.
Mientras más rápido mejor pensó el, viendo como el mayordomo llevaba las invitaciones. Aquella mañana el sol iluminaba el cielo con un intenso tinte rojizo, el murmullo de las aves en el jardín lo hicieron ver el horizonte suspirando y preparándose para su introducción en la alta esfera inglesa.
-No suena a algo que yo hubiese escrito - bufó el torciendo los labios - Odiseus, en verdad me haces sonar como si estuviese ansioso de conocer a toda esta gente.
-Mi Lord, usted más que nadie sabe como son las formas en esta clase de eventos - respondió el mayordomo colocando los sobres con las invitaciones con cuidado y alargando un tintero con una pluma de cresta roja - Además es una tradición familiar que el nuevo heredero organice una velada cuando toma posesión de la mansión y antes de que comience a protestar, le puedo asegurar que el banquete hará que valga la pena.
-Una buena cena a cambio de soportar los incisivos cuestionamientos de nuestros “ilustres” invitados que seguramente quieren saciar el morbo que les despierta la enigmática Rose Red y el sobrino pródigo de John Rimbauer - expresó el joven resignado - No parece un intercambio justo si me lo preguntas.
-Agradezca que su llegada ha sido en verano, de haber caído en otoño se habría esperado de usted que organizara un baile de máscaras.
-Oh pero si no se necesita una fecha específica para eso¿Que más máscara necesita esta gente que la que usan al diario para vivir en su perfecta y cómoda realidad? Te aseguro mi querido amigo, no hay mejor disfraz para nosotros los privilegiados que nuestras sonrisas corteses y buenos modales para ocultar nuestros verdaderos deseos - sonrío el joven plasmando su firma en la elegante invitación.
Mientras más rápido mejor pensó el, viendo como el mayordomo llevaba las invitaciones. Aquella mañana el sol iluminaba el cielo con un intenso tinte rojizo, el murmullo de las aves en el jardín lo hicieron ver el horizonte suspirando y preparándose para su introducción en la alta esfera inglesa.